¿Dónde nace la sal?
La Rambla de El Salar, está situada entre El Margen de Cúllar y el pueblo de Benamaurel, en la Comarca de Baza .
Un paraje sobrecogedor, aislado, diferente, especial, único… Nos encontraremos en su recorrido una flora endémica, y una fauna errante, que sólo se da en situaciones donde el terreno marca definitivamente los seres que pueden vivir en esos parajes.
El inicio de esta visita se sitúa junto al anejo de El Margen, y sólo es seguir el recorrido natural de esta rambla paralela a la carretera comarcal a Galera, hasta que nos desemboque en Benamaurel.
Nos iremos encontrando cerros vigilantes, esbeltos, austeros, llenos de esparto, (en latín llamado Stipa Tenacisima, y aquí comprendemos el por qué de su acertado nombre) yeso y sal; un terreno que no es el de la típica tarjeta postal, éste es un entorno para quien valora la soledad de un paisaje, su belleza salvaje, su simplicidad aparente, pero hermosa y rica.
Si esta aventura la acometemos en verano, iremos pisando la costra de salitre que se ha compactado en el suelo, ya reseco, y a nuestro paso oiremos como nos acompaña un sonido sordo y grato, el causado por su rotura. Además de un calor inmisericorde.
El color albarizo de la sal nos obligará a protegernos de la extrema intensidad lumínica. Esta excursión está aconsejada precisamente en verano, en fechas que el sol castiga duramente, pero ahí radica su belleza casi marciana.
En medio de esta rambla, que tiene en torno a los 500 metros de anchura, pasa un riachuelo salino, que proporciona el salitre que da nombre a esta rambla : El Salar.
Es un destino para el caminante atípico, el que quiere la soledad y la distancia con todo, el que no busca sólo en lo verde el sinónimo de la belleza, el que ama los horizontes abiertos, límpidos, inmaculados, inalterables y vírgenes; el que busca la fuerza y el dramatismo de una tierra inigualable.